La artrosis es un proceso degenerativo de las articulaciones que se produce por el desgaste del cartílago. Cuando este cartílago articular se lesiona, se produce dolor, rigidez e incapacidad funcional. Normalmente la artrosis se localiza en la columna cervical y lumbar, algunas articulaciones del hombro y de los dedos de las manos, la cadera, la rodilla .Si la enfermedad es muy avanzada a medida que desaparece el cartílago, el hueso reacciona y crece por los lados (osteofitos), produciendo la deformación de la articulación.
En España, la artrosis afecta al 10% de la población general, es recomendable llevar una dieta sana y equilibrada, realizar ejercicio físico moderado (acorde con la edad y el estado físico de la persona) y evitar el sobrepeso.
La artrosis se puede prevenir a través del entrenamiento muscular y la realización de mucho ejercicio. Esto tiene un efecto doblemente positivo en las articulaciones, ya que el deporte ayuda a fortalecer los músculos y a perder peso. Sin embargo, hay que tener cuidado de no sobrecargar las articulaciones) y realizar deportes de bajo impacto como la natacion, bicicleta, estiramientos.
En caso de padecer ya la enfermedad, se deben evitar los movimientos que producen dolor, ya sea utilizando preferentemente otras articulaciones o limitando el uso de las enfermas. Sin embargo, esto no quiere decir que se deba tender a la situación de inmovilidad de estas últimas. Hacer ejercicio con las articulaciones enfermas es fundamental tanto para mantener la movilidad como para fortalecer los músculos y así evitar que la articulación quede fláccida. Este ejercicio debe ser suave y que no provoque dolor. Si es excesivo, ya sea en tiempo, esfuerzo o intensidad, siempre será perjudicial. El uso de bastones o muletas y reducir el esfuerzo de las articulaciones enfermas, es una forma de evitar el dolor y la degeneración de la enfermedad.
Disponemos de tratamientos que previene avance de la enfermedad aunque no está de todo demostrado que se produce una regeneración del tejido cartilaginoso.
El tratamiento depende del estadio de degeneración de la articulación y puede ser mediante infiltraciones de acido hyalurónico y cortisona o un tratamiento crónico a base de condoritina y glucosamina, También el tratamiento sintomático mediante AINES en caso de la agudización de proceso sinovitico.
Si los tratamientos conservadores (no quirúrgicos) no alivian el dolor o si la articulación y su movilidad están limitadas, puede ser necesaria una operación en la que se implante una nueva articulación (prótesis).